7 principios de diseño atemporales que todo principiante debe conocer

Deja de seguir las tendencias. Domina estos fundamentos y tu espacio siempre lucirá perfecto.
Lo entiendo. Estás navegando por Pinterest a las 2 de la mañana, guardando todo lo que te llama la atención: paredes con acentos de neón un minuto, paredes de galería maximalistas al siguiente. Pero esto es lo que he aprendido tras años diseñando (y rediseñando) espacios: las casas más bonitas no son las que siguen todas las tendencias. Son las que entienden lo básico.
Estos siete principios han estado trabajando discretamente entre bastidores en cada habitación impresionante que hayas admirado. Domínalos y nunca más volverás a dudar de tus decisiones de decoración.
1. Equilibrio: Por qué algunas habitaciones se sienten perfectas

¿Conoces esa sensación de entrar en un espacio y todo encaja? Eso es equilibrio en acción. No se trata de que todo sea perfectamente simétrico, sino de asegurarte de que ningún rincón de tu habitación llame la atención mientras otro pasa desapercibido.
El equilibrio simétrico es tu apuesta segura. Dos lámparas a juego flanqueando un sofá, mesitas de noche idénticas, obras de arte centradas... es un clásico por algo. A tu cerebro le encantan estas cosas.
El equilibrio asimétrico es donde las cosas se ponen interesantes. Quizás equilibres una estantería pesada con un grupo de plantas y una lámpara de pie al otro lado. Diferentes objetos, el mismo peso visual. Se siente más relajado, más vivido.
El equilibrio radial se produce cuando todo gira en torno a un punto central: piense en sillas reunidas alrededor de una mesa de café o en una lámpara de araña que ancla un comedor.
*Revisión rápida: Párate en la puerta y entrecierra los ojos. ¿Sientes que un lado de la habitación está más pesado? Si es así, es hora de redistribuirlo.*
2. Contraste: el secreto para lograr habitaciones que resalten

El contraste es lo que distingue lo aburrido de lo impresionante. Sin él, todo se funde con un fondo beige. Pero añade un toque dramático (madera oscura contra paredes blancas, una silla de terciopelo mullido junto a una elegante mesa de metal) y, de repente, tu habitación cobra personalidad.
Puedes crear contraste con colores (obviamente), pero no te quedes ahí. Mezcla texturas : mármol liso con yute rugoso, cerámica brillante con madera mate. Juega también con las formas . ¿Ese espejo redondo sobre tu consola angular? *Beso del chef.*
La clave es no exagerar. Elige una o dos maneras de crear contraste y aplícalas en todo el espacio.
3. Ritmo: Enseñarle a tu ojo a dónde ir
Esto suena sofisticado, pero en realidad es bastante simple. El ritmo es simplemente repetición con un propósito. Es cómo guías la mirada de alguien por la habitación sin que se dé cuenta.
Quizás repitas el mismo tono de azul en tus cojines, obras de arte y un jarrón de cerámica. O imitas formas circulares en tu espejo, mesa auxiliar y lámpara colgante. Tu vista capta estos elementos repetidos y los sigue con naturalidad por el espacio.
El truco está en variar la escala y la ubicación para que no parezca que compraste todo en el mismo expositor de la tienda. Repite, pero hazlo interesante.
4. Proporción y escala: Cómo conseguir el efecto Ricitos de Oro


Ejemplos de habitaciones con proporciones incorrectas.
A todos nos ha pasado: comprar una mesa de centro por internet que se veía perfecta en la foto, y luego, al llegar, parece un mueble de casa de muñecas en tu sala. O lo contrario: ese sofá modular tan acogedor que convierte tu espacio en una sala de exposición de muebles.
La escala se trata de cómo se relacionan las cosas con tu habitación. La proporción se trata de cómo se relacionan entre sí. Una lámpara diminuta en una consola enorme parece perdida. Una lámpara enorme en una mesa auxiliar delicada se ve ridícula. Pero si ambas se combinan bien, todo parece intencional.
*Consejo profesional: Antes de comprar algo grande, marca su ubicación en el suelo con cinta de pintor . Créeme.*
5. Unidad: Haciendo que todo tenga sentido

La unidad es lo que transforma una colección de muebles en una habitación cohesionada. Es el hilo conductor que une todo, dándole la sensación de pertenencia, no como si hubieras amueblado el espacio cerrando los ojos y señalando objetos al azar.
Esto no significa que todo tenga que combinar; es aburrido. Pero debería haber algún elemento común que se integre en tus elecciones. Quizás sea una paleta de colores uniforme, o que estés mezclando metales pero te ciñas a los tonos cálidos de latón y cobre. Quizás todos tus tonos de madera sean de la misma familia, o que repitas un estilo de pata en diferentes muebles.
Cualquiera que sea el elemento unificador, debe ser lo suficientemente sutil para que los invitados sientan la armonía sin poder identificar exactamente qué la crea.
6. Énfasis: Dale una estrella a tu habitación

Cada habitación necesita un punto focal, ese punto en el que se posa la vista primero cuando entras. Sin él, tu espacio carece de dirección y se siente disperso.
Tu punto focal puede ser arquitectónico (una chimenea, una pared llamativa ) o puede ser algo que añadas (una obra de arte llamativa, una lámpara impactante, una pared de acento en un color intenso). La clave es tener solo un elemento principal por habitación, y que todo lo demás tenga un papel secundario.
Una vez que hayas elegido tu punto focal, organiza todo lo demás para complementarlo, no para competir con él. Esa hermosa pared de galería pierde su impacto si además hay un sofá rosa neón y una lámpara de araña de cristal que compiten por la atención.
7. Funcionalidad: Lo bonito también debe ser práctico

Esto es lo que nadie te dice sobre esas habitaciones perfectas de revista : sería miserable vivir en la mitad de ellas. Un diseño bonito que no se adapta a tu vida real no es buen diseño: son solo imágenes bonitas.
Piensa en cómo usas realmente tu espacio. ¿Puedes caminar fácilmente por él? ¿Hay suficiente luz para leer? ¿Tienes dónde guardar tus cosas que no sean simplemente "tirarlas sobre la mesa del comedor"?
Las habitaciones más atemporales son las que hacen la vida cotidiana más fácil y agradable. Eso es lo que las mantiene relevantes mucho después de que las tendencias cambien.
El resultado final
Estos principios no son reglas que tengas que seguir a la perfección; son herramientas que te ayudan a tomar mejores decisiones. Una vez que los entiendas, empezarás a verlos en todas partes, en cada espacio que te haga pensar: «Ojalá mi casa fuera así».
¿Lo mejor? Probablemente ya tengas una buena intuición sobre la mayoría de estos temas. Estos principios te dan el vocabulario necesario para entender por qué algo funciona y la confianza para confiar en tu propio criterio.
Así que la próxima vez que sientas la tentación de renovar por completo tu espacio porque viste algo genial en Instagram, da un paso atrás. Analiza lo que ya tienes a través de estos siete principios. A veces, la diferencia entre "bueno" y "fantástico" es menor de lo que crees.
¿Cuál es el primer principio que quieres implementar en tu espacio? Me encantaría leer tus logros (y tus fracasos de diseño) en los comentarios.

